La obsolescencia programada es la programación del fin de la vida útil de un producto o servicio, de modo, que tras un periodo de tiempo calculado de antemano por el fabricante o por la empresa durante la fase de diseño de dicho producto o servicio, éste se torne obsoleto, no funcional, inútil o inservible.
Un hombre se dio cuenta de éste fenómeno cuando, al imprimir unas hojas en la impresora, dejó de funcionar. El, se puso a investigar para ver el motivo por el cual su impresora había dejado de funcionar. Se dio cuenta de que la impresora no tenía ningún problema, lo que le sucedía, era que tenía un contador de folios impresos para, cuando hubiera impreso más de 18.000 folios (por ejemplo), dejara de funcionar, y así, el afectado tuviera que comprarse una impresora nueva.
La obsolescencia programada se utiliza en gran diversidad de productos. Existe riesgo de reacción adversa de los consumidores al descubrir que el fabricante invirtió en diseño para que su producto o servicio se volviese obsoleto más rápidamente a fin de que los clientes recurran a la competencia y basen su elección en durabilidad y buena calidad del producto.
OPINIÓN PERSONAL:
Como consumidor: Mi opinión es que que exista la obsolescencia programada está mal, porque nos gastamos grandes cantidades de dinero en productos con "fecha de caducidad" y eso pues no sienta bien a los consumidores ya que nuestra esperanza es de que sea útil hasta que se rompa por el mal uso, no por la obsolescencia programada.
Como fabricante: Mi opinión es que la utilización de la obsolescencia programada en algunos productos es normal ya que, si los productos duran mucho tiempo (6 años en adelante) las empresas dejan de ganar dinero ya que los productos que han vendido tardan mucho en romperse por lo que los consumidores tardan mas en reponerlos comprando otros.